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El sector del hidrógeno está experimentando una fase de auge y crecimiento en todo el territorio nacional, si bien Castilla y León es una de las comunidades con mejor proyección de este vector. Ahora, la Junta de Castilla y León ha suscrito un acuerdo con un organismo europeo para afianzar los proyectos de hidrógeno en la comunidad.

Concretamente, el Ente Regional de la Energía de Castilla y León (EREN) ha firmado un acuerdo de colaboración con Clean Hydrogen Joint Undertaking. El objetivo del acuerdo es ampliar los proyectos de innovación e investigación de hidrógeno renovable e impulsar el desarrollo de la tecnología a través de programas de financiación.

Cabe destacar que Clean Hydrogen es la única entidad público-privada a nivel europeo que apuesta y financia los proyectos innovadores relacionados con el hidrógeno. Supone, por tanto, una gran oportunidad para que Castilla y León avance hacia el posicionamiento de liderazgo tecnológico y energético en este vector.

De hecho, es la comunidad que más electricidad ha generado a partir de fuentes renovables. Solo en 2023, se generaron 24662 GWh, y la previsión es que esta cifra crezca exponencialmente a lo largo de los próximos años. 

Claves para potenciar el desarrollo de proyectos de hidrógeno

A raíz del acuerdo que ha firmado la Junta de Castilla y León, nos preguntamos de qué formas es posible avanzar y fomentar este tipo de proyectos. A continuación, te explicamos algunas de las alternativas más eficaces:

1. Financiación conjunta de proyectos

Los gobiernos pueden aportar subvenciones, incentivos fiscales o créditos para financiar proyectos de hidrógeno, mientras que las empresas privadas ofrecen inversión directa y recursos técnicos.

Fondos europeos como el Next Generation EU pueden ser gestionados a través de consorcios público-privados, y son muy útiles para empujar proyectos que requieren una gran inversión económica inicial.

2. Creación de infraestructuras compartidas

Desarrollar infraestructuras como plantas de electrólisis, estaciones de recarga o redes de transporte de hidrógeno mediante acuerdos entre administraciones públicas y empresas es otra buena forma de incentivar estos planes. De esta forma, se reducen los riesgos y costes iniciales para ambas partes y se acelera su implementación.

3. Impulso de centros de investigación y desarrollo

Establecer laboratorios, hubs tecnológicos y plataformas de innovación compartidos para optimizar tecnologías de producción, almacenamiento y uso del hidrógeno también supone una alternativa interesante.

Las universidades, centros de investigación y empresas tecnológicas pueden colaborar con apoyo estatal para generar avances disruptivos.

4. Políticas de compra pública verde

Los gobiernos pueden actuar como compradores iniciales de hidrógeno renovable para usos industriales o transporte público, incentivando la producción privada.

Esto asegura un mercado inicial estable y estimula la inversión privada en capacidad productiva.

5. Normativa y regulación favorable

Simplificar permisos, homologaciones y normativas técnicas para los proyectos de hidrógeno, reduciendo las barreras burocráticas.

Establecer objetivos concretos de descarbonización, que incluyan el hidrógeno renovable, como parte de estrategias nacionales.

6. Fomento de alianzas estratégicas internacionales

Participar en proyectos transnacionales, como los promovidos por la Unión Europea, para fomentar el intercambio de conocimiento y recursos. El acuerdo suscrito por parte de Castilla y León, que podría convertirse en una región clave dentro de una red europea de hidrógeno, es un ejemplo de ello.

7. Capacitación y formación laboral

Programas de formación especializados, desarrollados en conjunto por instituciones públicas y empresas, para capacitar a la fuerza laboral en habilidades relacionadas con la economía del hidrógeno.

8. Incentivos al consumidor final

Proveer subvenciones para las empresas que adopten tecnologías basadas en hidrógeno o para ciudadanos que adquieran vehículos de hidrógeno, estimulando la demanda del mercado.

En definitiva, la colaboración público-privada es necesaria para avanzar en materia de innovación y desarrollo de proyectos de hidrógeno. Las empresas pueden aportar sus recursos y su talento para materializar los proyectos, pero requieren apoyo económico y de gestión por parte de entidades públicas para lograr que lo que ahora es un marco teórico se convierta en una realidad común.